Los orígenes de un barrio.


El repartimiento de tierras de Juan de Garay en 1580, entre sus capitanes y funcionarios de la colonia, dio origen a un gran número de chacras, quintas, quintones y estancias, un verdadero cinturón verde que rodeaba la ciudad por el oeste, el sur y el norte.
No cabe duda, que con la inauguración del primer ferrocarril de la "Sociedad Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste", en 1857, y la instalación de la estación "Almagro", concurrieron a conformar el nacimiento de un nuevo barrio. Aquella se levantaba en el punto donde hoy se encuentran la calle Lezica con el pasaje Angel Peluffo, a la altura de Francisco Acuña de Figueroa, conocida entonces como calle de "Los Vascos" dados los numerosos repartidores de leche que acudían allí a la espera del "tren lechero".
Pulperías y postas se instalaron a lo largo del "Camino del los Reinos de Arriba", hoy Av. Rivadavia.

Los orígenes del barrio de Almagro se encuentran muy ligados a un hombre, Juan María de Almagro y de la Torre, jurisconsulto y funcionario español, nacido en Málaga en el año 1755.
Con el título de abogado llega a América en 1796, como Oidor de la Real Audiencia de La Plata. Durante el gobierno del Virrey Marqués de Loreto, pasa a Buenos Aires para desempeñarse en la asesoría general, mereciendo la confianza de todos los virreyes que continuaron.
Fue propietario de grandes extensiones de tierras en el sector que más tarde le dará su nombre al barrio. Producida la revolución sufrió persecuciones del gobierno patrio que embargó sus bienes, de los que recién pudo gozar a partir de 1820, pero con grandes pérdidas. A pesar de ello sus dominios resultaban un verdadero latifundio que impedía el progreso en la zona: por ejemplo, por la apertura de calles.
También fue dueño de estancias en Corrientes, Uruguay y Brasil.
Falleció en Buenos Aires el 24 de julio de 1843.
Era un hombre de gran fe, perteneciendo a la Tercera Orden de Santo Domingo, muy caritativo con los pobres -según las crónicas de la época- aunque no al punto de repartir sus numerosas propiedades.
La etimología de la palabra barrio, proviene del árabe "barri" que significada cada una de las partes en que se dividen los pueblos grandes o sus distritos, grupo de casas o aldehuelas dependientes de una población.
Los barrios, en "La Gran Aldea", comienzan a delinearse hacia 1769 y cuando el éjido urbano no pasaba de las actuales calles Libertad- Salta. Dicha división respondía a parroquias eclesiásticas, en total seis: Catedral, San Nicolás, Del Socorro, De La Concepción, Montserrat y De La Piedad.
En 1792 la planta urbana se amplía hasta la calle de "La Tunas" (actual Entre Ríos - Callao), incorporándose nuevas parroquias. Al promediar el siglo XVIII, Carlos de los Santos Valente, acaudalado comerciante portugués, adquiere una quinta de más de dieciocho hectáreas en la zona delimitada por las actuales H. Yrigoyen, Castro Barros, Díaz Vélez y Billinghurst. En el sector levantó una casona de techos de tejas, caballeriza, piezas de servicio y otras dependencias, y una capilla que puso bajo la advocación de San Juan Nepomuceno, antecedente de la actual iglesia de San Carlos, de H. Yrigoyen y Quintino Bocayuva.
Hacia 1764, el Virrey Pedro de Cevallos, debilitado por su enfermedad, residió en dicha quinta, por entonces alquilada a la viuda de Valente. Es muy posible que este hecho haya contribuido a mejorar los caminos de la zona, por entonces escasos y mal conservados. El lugar era un sector rural dominado por quintas y quintones de boscosos árboles frutales, tierras de labranza y algunas parcelas dedicadas a la fabricación de ladrillos, matizado por zonas en estado natural, "tierras de nadie", decoradas de margaritas, cina cinas, cardales y tunas. No obstante, el citado paraje compartido por la ciudad de Buenos Aires y el partido de Flores, dado que hasta 1888 el límite pasaba por la línea formada por las actuales calles Av. Sáenz, Av. Boedo, Castro Barros y Medrano, como lo corroboran los planos de la época (Topográfico de 1867, de Pedro P. Uzal 1879 y de Bianchi 1882) dependía en mucho del movimiento comercial del Mercado 11 de Septiembre del barrio de Balvanera que en la práctica extendía sus límites hasta el antes citado.
Recién a partir de aquella fecha 1888, cuando Flores y Belgrano pasan al municipio de Buenos Aires por Ley del 28 de septiembre de 1887 y a la creación el 8 de mayo de 1878 de la parroquia de San Carlos, el barrio de Almagro cobra una fisonomía propia.
Hoy sus límites se extienden por el Sur hasta la avenida Independencia, por el Este hasta las calles Sánchez de Loria, Sánchez de Bustamante y Gallo, al Norte por las avenidas Córdoba, Estado de Israel y Angel Gallardo y al Oeste por las calles Río de Janeiro y la avenida La Plata.

Miguel E. Germino
Publicado en PRIMERA PAGINA - Nro. 69 - Noviembre de 1999.