Lo lograron, pero... qué complicado es

Los vecinos de La Boca hace dos años que venían denunciando en la comisaría 26, a una mujer por las molestias que sus perros provocaban, ruidos, y especialmente por ensuciar el sector del arenero de la plaza (ver foto), visitado por gran cantidad de chicos, también los problemas y el temor que genera al pasear los canes sin correa durante la noche.

Hasta que una vecina escondida detrás de un arbusto y a oscuras, en la plaza Matheu, filmó y fotografió la conducta de los animales que defecaban por doquier y ladraban sin parar. Tomaron esa decisión, cansados de soportar las molestias que ocasionaban los 37 perros que posee Romina Altamirano en una casa de la calle Brandsen al 1100 del barrio de La Boca.

Con las pruebas en su poder, los vecinos hicieron la denuncia en la Fiscalía Contravencional y de Faltas No 12, a cargo de Federico Andrés Villalba Díaz. Después de varias audiencias, Altamirano fue sometida a una probation por la que se la obligó a no concurrir a dicha plaza con sus mascotas por el término de un año. Las faltas que cometió Romina Altamirano están contempladas en los artículos 82 y 56 del Código Contravencional.

"Las pruebas fueron contundentes, con animales defecando sobre un tobogán y dentro del arenero. También los ruidos molestos fueron muy llamativos", indicaron fuentes de la causa.

No se puede impedir que la mujer tenga esa cantidad de perros en su domicilio, debido a que "no existe ninguna prohibición que indique que una persona no pueda convivir con cierto número animales. Salvo que haya maltrato y crueldad de los animales, aunque no es este el caso", indicaron fuentes Judiciales.

La mujer, dueña de los perros en cuestión, manifestó en la causa "estar de acuerdo" con las sanciones que le aplicó la Justicia, y asumió su compromiso de cumplirlas. De no ser así, se reanudaría automáticamente el procedimiento, por lo cual podría ser enjuiciada y castigada con penas de 200 a 3000 pesos, o trabajos comunitarios.

Aquí en Almagro no solo ensucian la plaza, caminar por las veredas de nuestro barrio es una aventura, hay que ser muy hábil para esquivar toda la suciedad que dejan las mascotas. Seguiremos tratando este tema en futuras notas, porque realmente es algo muy molesto y desagradable.