El Bar Británico ya es un recuerdo

En la mañana del viernes 23 de junio el tradicional bar de San Telmo pasó a ser un recuerdo más para los nostálgicos porteños. La historia terminó con los tres socios gallegos cargando en un camión de mudanzas, estacionado junto a la puerta, las mesas, sillas y todo el contenido del local.

Después de tantas idas y vueltas, intimaciones, negociaciones, protestas de vecinos y todo tipo de recursos para poder salvar este ícono del barrio de San Telmo, llegó el día en que debieron resignarse y desalojar el local. La orden de desalojo tenía fecha para ser ejecutada el 6 de junio, pero se pospuso debido a los reclamos e intentos de llegar a un acuerdo, que no prosperó.

El propietario del local, Juan Pablo Benvenuto, llegó al lugar junto con un grupo de efectivos policiales y portando la orden judicial. El operativo se desarrolló con la vigilancia de los policías de la comisaría 14 y bajo la atenta y triste mirada de un grupo de vecinos, habitues del lugar, que durante mucho tiempo hicieron todo lo posible, apoyando a quienes operaban el negocio, para evitar el cierre.

El conflicto por el Británico se inició cuando, tras la muerte del dueño del local, su hijo decidió no renovarles el contrato de alquiler a los tres gallegos que desde hacía 50 años se hacían cargo del bar y optó por alquilar el local a otra persona.

En horas del mediodía, José Trillo, vestido con su característico guardapolvo de mozo se hizo presente en el local y expresó: "Estoy muy triste, pero algún día tenía que ser", dijo estar cansado de luchar para evitar el cierre y muy acongojado se despidió diciendo "Me voy a España".

www.info-almagro.com.ar (25/06/06)