Hasta el otro carnaval

El domingo 25 de febrero se realizó la última actividad en el marco del carnaval porteño de 2007. Organizados por el Ministerio de Cultura, hubo corsos en muchos barrios y se estima que concurrieron más de un millón de personas.

De acuerdo a lo dicho por los organizadores a esta edición de los festejos concurrieron cerca de un millón doscientas mil personas, superando al año pasado, cuando había asistido casi un millón de vecinos.

En la versión 2007 participaron 106 murgas con alrededor de 15.000 integrantes, que animaron los tradicionales festejos, donde se podía ver a la familia completa disfutando de los más de treinta corsos que se realizaron en diversos barrios de la ciudad.

Los desfiles más importantes fueron en el corso de la Avenida de Mayo, en su intersección con la calle Lima se instaló el palco principal y el trayecto se extendía por la centenaria avenida hasta donde la misma finaliza, a la altura de la calle Sáenz Peña.

Vale recordar que el tradicional corso de Avenida de Mayo tiene sus orígenes a fines del siglo XIX y desde 1998 hasta 2005 estuvo suspendido, regresando con gran éxito el año pasado.

En la década del ´20, en los barrios nace una nueva forma de agrupación: la murga, conjunto de alrededor de quince o veinte muchachos, amigos del barrio, que se reunían para salir en carnaval a cantar por las calles canciones picarescas, acompañados por instrumentos caseros: tambores hechos con ollas, maracas, etcétera. La barra de la esquina, más que el barrio, funciona como factor de identidad de las primeras murgas, aunque por ese entonces los nombres de las murgas no incluían el barrio al cual pertenecían, cosa que hoy sí ocurre.

La vestimenta también era casera, comúnmente levitas confeccionadas en tela de arpillera o directamente disfrazados. En la actualidad hay mucha producción en la confección de la ropa y cada murga trata de destacarse, con sus atuendos coloridos y con gran cantidad de lentejuelas que los hacen muy vistosos.

Otra cosa para destacar es que en las agrupaciones participa gente de todas las edades y de ambos sexos, desde niños muy pequeños, algunos bebés, hasta integrantes de la tercera edad.

Lo importante es que la gente se divirtió, lo pasó bien mirando el paso de las murgas, jugando con la espuma y fundamentalmente en paz, una verdadera fiesta para la familia, ahora solo resta esperar hasta el otro carnaval.

www.info-almagro.com.ar (27/02/07)