Los 95 años de la "línea A"El primer subterráneo de América Latina cumplió 95 años. La línea A, una de las dos que atraviesa nuestro barrio de Almagro, se acerca al siglo de existencia y espera que sus obras de prolongación sean terminadas, para permitir que los pasajeros puedan llegar hasta el barrio de Flores utilizando este medio de transporte.Vamos a recorrer un poco la historia del legendario subte A. Según datos oficiales, en 1909 el Congreso Nacional, por la ley 6.700, autoriza al Ferrocarril del Oeste a construir una línea entre Once y el puerto, debajo de la avenida Rivadavia, con una estación intermedia. Ese mismo año la Municipalidad otorga a la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina (CTAA) la concesión para construir una red de subterráneos que incluye el tramo Once–Plaza de Mayo, superpuesto (al primer nivel de profundidad) a la concesión dada al FCO. Tras un litigio, se acordó que la CTAA construiría su línea y el FCO modificaría la suya, sólo para cargas y con vía única, debajo de aquélla; además habría una estación de transbordo en Once. La obra del subterráneo comenzó el 15 de septiembre de 1911, siendo contratista la empresa alemana Philipp Holzmann & Cía. La estación subterránea de transbordo de Plaza Once (hoy Plaza Miserere), fue proyectada, construida y financiada en forma conjunta por ambas empresas. Inicialmente tenía 2 vías centrales para el ferrocarril y dos pares de vías laterales para el subterráneo. El servicio de la por entonces llamada línea 1 fue inaugurado el 1º de diciembre de 1913 con un viaje entre Plaza Mayo y Plaza Once, contando en esa oportunidad entre su pasaje a las autoridades nacionales y funcionarios del gobierno de turno. Posteriormente se prolongó hasta la estación Río de Janeiro el 1º de abril de 1914, y hasta la estación Caballito (denominada en 1923 Primera Junta) el 1º de julio siguiente. Por una rampa construida en el centro de la avenida Rivadavia, entre Cachimayo y Emilio Mitre, los trenes del Subte salían a superficie, sin pasajeros, y doblaban por esta última calle para llegar al taller “Polvorín” situado entre José Bonifacio y Directorio. Desde 1915, uno o dos coches se desacoplaban de algunos trenes que llegaban a Primera Junta y continuaban su recorrido en superficie, para realizar tráfico directo hasta Lacarra y Rivadavia, en Floresta. El servicio túnel / superficie dejó de funcionar el 31 de diciembre de 1926. El 17 de febrero de 1939 la Anglo-Argentina pasó a ser administrada por la Corporación de Transportes, que la designó como “Línea A”. El servicio de pasajeros se inauguró con 4 coches ingleses United Electric (de Preston) y 46 coches de carrocerías belgas La Brugeoise, con equipamiento eléctrico alemán. Todos tenían dos bogies y carrocerías de madera pintadas exteriormente de celeste grisáceo. Después de la inauguración fueron incorporándose coches similares hasta un total de 120, y se construyeron en los talleres propios varios prototipos experimentales para servicio exclusivamente subterráneo. En 1987, 15 coches fueron recarrozados en la empresa EMEPA de Chascomús. Éstos fueron dotados del sistema de apertura y cierre de puertas que se utiliza en las demás líneas. Las estaciones, decoradas con frisos de distintos colores para su mejor identificación, tienen 100 m de largo, lo que permite la utilización de trenes de hasta 6 coches. Las estaciones Pasco y Alberti eran singulares, porque las plataformas para trenes en sentidos opuestos no estaban enfrentadas. En 1951 se clausuraron Pasco sur y Alberti norte, quedando en servicio las dos semi–estaciones Pasco y Alberti actuales. Si usted viajó en la década del ochenta, seguramente habrá podido apreciar sobre el andén izquierdo, yendo hacia el centro, donde la formación no paraba, que había unos extraños muñecos que siempre nos intrigaron y nunca supimos de qué se trataba, aunque preguntamos a varias personas que trabajaron en el servicio del subte. Hoy en día transporta centenares de miles de personas diariamente, pasajeros a los cuales les gustaría poder viajar un poco mejor, especialmente en las horas pico. También son importantes las obras de prolongación de esta línea, que de acuerdo a datos oficiales: El 9 de marzo de 2004 SBASE adjudicó las obras civiles de prolongación de la Línea A de Subterráneos hasta Rivadavia y Nazca, (2.882 m) con cuatro estaciones: Puán, Carabobo, Plaza Flores y Nazca, a las empresas DYCASA S.A. y DRAGADOS OBRAS Y PROYECTOS S.A.. Las obras comenzaron el 22 de abril de 2004. Una vez culminadas, estas obras serán un importante alivio para el tránsito de una zona de la Ciudad de Buenos Aires, ya que al tener su cabecera en Flores se descomprimiría el caudal de vehículos particulares en el corredor Caballito-Flores sobre la Avenida Rivadavia.
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