¡Gloria y loor!

¡Honra sin par, para el grande entre los grandes, Padre del aula, Sarmiento inmortal! Se rindió un homenaje a Sarmiento y allí estuvimos.

El 11 de septiembre, al cumplirse 121 años de su fallecimiento, se realizó un homenaje en el Cementerio de La Recoleta. Allí estuvieron el ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, historiadores de distintas instituciones dedicadas al estudio de la vida del prócer, efectivos del Colegio Militar de La Nación, autoridades del cementerio y funcionarios del ámbito docente.

Durante el desarrollo del acto hicieron uso de la palabra varios historiadores, que entre otros conceptos dijeron frases que impactaron a los presentes como "Sarmiento ocupó todos los cargos, desde maestro de escuela hasta presidente de la Nación, y murió pobre", cosa poco habitual en estos días. También destacaron que años atrás en las escuelas "había maestros, no trabajadores de la educación" como en la actualidad.

Otra cosa en la que pusieron énfasis fue que hoy en día los maestros deben aprender a "decir que no" ante determinadas situaciones. Esto último lo compartimos plenamente desde este medio, porque en los últimos tiempos están ocurriendo cosas aberrantes, los alumnos no sienten ningún respeto por sus maestros o profesores, los ridiculizan, los atacan, los humillan y eso no puede ser, porque todos esos abusos son los que después generan las tan criticadas sanciones disciplinarias.

Narodowski por su parte explicó, entre otras cosas, que la idea del Gobierno porteño es entregar tres libros por año a cada alumno, para fomentar la lectura, ese hábito poco usual en estos tiempos y que Sarmiento luchó por inculcar a cada argentino, el sanjuanino decía que “cada biblioteca que se abre es una cárcel que se cierra”.

Al comienzo del acto se cantó el Himno Nacional Argentino y también el Himno a Sarmiento, cuya letra recordamos, pues de las últimas generaciones son muy pocos los que lo conocen.

Fue la lucha, tu vida y tu elemento;
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.

Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.

En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo.
Y al latir, su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!

¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!

Letra y música: Leopoldo Corretjer

Nunca está de más recordar que Domingo Faustino Sarmiento nació el 5 de febrero de 1811 en la provincia de San Juan y falleció en Asunción del Paraguay el 11 de septiembre de 1888, motivo por el cual en esa fecha se celebra el "día del maestro".

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