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La importancia del 3 de febrero
En esa fecha ocurrieron cosas trascendentales que quedaron grabadas en nuestra historia. Se estima que ese día llegó Pedro de Mendoza, se libró el combate de San Lorenzo y también la batalla de Caseros.
El 3 de febrero no fue un día más para los argentinos, en esa fecha ocurrieron cosas muy importantes, que cambiaron nuestra historia.
Se estima (no hay certeza) que el 3 de febrero de 1536 llegó Don Pedro de Mendoza al entonces llamado “Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre”, en homenaje a la protectora de los navegantes “Nostra Signora di Bonaria”, cuyo culto procedía de Cagliari en la isla de Cerdeña, y era venerada por todos los marinos que recorrían el Mediterráneo. Considerándose este hecho como la primera fundación de nuestra ciudad. Luego vendría la segunda y definitiva cuando en 1580 llegó Juan de Garay.
El 28 de febrero de 1813 partió el Coronel San Martín desde Buenos Aires rumbo Rosario al enterarse que las tropas enemigas estaban navegando el Paraná con intenciones de desembarcar en nuestro territorio. En la noche del 2 de febrero llegó a la posta de San Lorenzo, ubicada a una legua del convento.
Tras reponerse y reemplazar las cabalgaduras cansadas, se reinicia la marcha. Pasada la medianoche, las tropas penetran en el predio rural de los franciscanos y, con el despuntar del día, llegan al convento, cuyos patios ocupan. No encontraron a nadie, porque los religiosos se habían marchado dos días atrás ante la amenaza de nuevos desembarcos. Y éstos no son mera posibilidad: tras el realizado el 30 de enero, hubo un segundo el 2 de febrero, aunque no en la costa, sino en una isla vecina.
San Martín cuenta con 120 granaderos y los 50 milicianos de Escalada. Sabe que el enemigo tiene el doble de efectivos. Una vez reconocido el terreno, al alba, San Martín ubicó a sus granaderos tras muros y tapias, con los caballos ensillados y las armas preparadas. Desde el campanario ve, siendo ya las cinco de la mañana, que de las naves se desprenden lanchas con tropas rumbo al llamado puerto de San Lorenzo, lugar ubicado al pie del barranco y cercano a la desembocadura del arroyo homónimo.
Como allí la orilla es menos escarpada que frente al convento, la pendiente facilita el paso a los 250 infantes de Zavala y el rodar de la artillería, formada por dos piezas de a cuatro.
Corrida media hora, ya se ve asomar por el borde de la barranca a los atacantes. Tras descender del campanario, el coronel ordena a los granaderos montar a caballo y no disparar un tiro, confiándolo todo a sables y lanzas.
Con su corvo en la diestra, arenga a quienes van a recibir su bautismo de fuego y concluye diciendo: “Espero que tanto los señores oficiales como los granaderos se portarán con una conducta tal cual merece la opinión del Regimiento”, y enseguida se pone al frente de una de las dos divisiones en que ha repartido a la tropa, en tanto que con la otra hace lo propio el capitán Bermúdez. El coronel atacará al enemigo de frente, en tanto que su segundo, dando un pequeño rodeo, lo hará por el flanco de los infantes para impedirles la retirada.
El combate, que representó el bautismo de fuego de los granaderos, duró solo 15 minutos y aunque los criollos se impusieron gracias a la estrategia empleada por San Martín, éste estuvo a punto de perder la vida cuando cayó de su caballo y el Sargento Cabral logró salvarlo entregando su vida y pasando a la inmortalidad por su acto heroico.
Otro 3 de febrero, pero de 1852, se produjo la batalla de Caseros, donde Urquiza logra derrotar a Rosas. El 21 de noviembre de 1851 se firmó en Montevideo el tratado de alianza entre el imperio del Brasil, Entre Ríos (con Corrientes como agregada) y el Estado Oriental, para llevar la guerra contra la Confederación, bajo la máscara de una cruzada contra el “dictador argentino”.
El ejército de la Confederación estaba formado por 22.000 hombres -12.000 de caballería y el resto infantería— pero muchos eran bisoños, sin ninguna experiencia de guerra. Sus 60 cañones viejos casi no tenían munición.
El choque se produjo el 3 de febrero en las inmediaciones del Palomar de Caseros. La batalla comenzó a las nueve de la mañana y terminó al comenzar la tarde. Rosas, herido en una mano de un balazo, se alejó acompañado de un auxiliar. Luego, bajo un ombú situado en Hueco de los Sauces (actual Plaza Garay) redactó su renuncia que encomendó a su ayudante, quien inmediatamente la hizo llegar a la Junta de Representantes.
Luego, cubierto por un poncho se dirigió a la embajada inglesa; esa misma noche, con el auxilio de Manuelita, el embajador inglés Gore lo convence de la necesidad de refugiarse en el buque de guerra Centaur, que días después lo llevaría hacia el exilio en Inglaterra, donde falleció en 1877.
El 20 de febrero las tropas vencedoras de Urquiza, Caxias y Márquez de Souza entraron en Buenos Aires y desfilaron por sus calles.
Como verá, señor vecino, el 3 de febrero ocurrieron cosas muy importantes. En Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Palermo, hay un gran parque, creado por Sarmiento, que lleva ese nombre recordando uno de estos acontecimientos y se lo considera el gran pulmón verde de nuestra ciudad.
www.info-almagro.com.ar (03/02/11) - (Extensión 5188 caracteres) Fuente consultada: revisionistas.com
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