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¿Qué nos pasa a los argentinos?

¿Estamos todos locos?, así preguntaba un personaje de un programa televisivo, y yo me hago la misma pregunta después de ver lo que está ocurriendo en las rutas y también en la ciudad, parece que los conductores no toman conciencia de lo peligroso que resulta no respetar la reglas de tránsito.

Hace dos días quedé perplejo ante el televisor, mirando la filmación de un automovilista que transitaba por la ruta 11, a la altura del ingreso a San Clemente del Tuyú, en la misma se veía una camioneta Chevrolet, modelo antiguo, que se desplazaba haciendo un constante zig zag por la cinta asfáltica, desde una banquina a la otra, provocando el asombro y el pánico entre los conductores que iban en dirección contraria.

A todo esto, uno de los pasajeros del automóvil, desde el cual se hacía la filmación, era un policía de Mar del Plata que en ese momento no estaba prestando servicios, sin embargo tomó su teléfono celular y llamó reiteradas veces al 911 para solicitar que algún móvil se acercara al lugar y pusiera fin a esa locura, que sin duda iba a terminar en tragedia. Pero no fue escuchado y ocurrió lo inevitable.

En una de esas maniobras increíbles e inesperadas realizadas por la camioneta, cuyo conductor estaba muy alcoholizado, con más del triple del máximo admitido, cruzó la ruta de derecha a izquierda, allí un auto que circulaba en dirección opuesta pudo evitar el choque tirándose a la tierra, pero detrás del mismo venía otro automóvil que no tuvo tiempo de reaccionar, volcó y el conductor salió despedido de su Renault Clio, cayendo al asfalto y encontrando la muerte, un jóven de 29 años. Horas después, el chofer de la camioneta quedó en libertad.

Ese mismo día, el 1º de enero, por un canal de noticias se podía ver cómo en la gran caravana que se dirigía hacia la zona atlántica estaban los “vivos” de siempre que circulaban por la banquina superando como postes a los que respetaban las normas y cuando llegaban a los controles se subían a la ruta, ante la mirada impasible de los controladores de tránsito que estaban allí, no sé para qué.

Cuesta creer que pasen estas cosas, pero así es en realidad, y no es de ahora, ya hace unos años venía circulando desde Mar del Plata hacia Buenos Aires por la antigua Ruta 2, respetando todas la leyes de tránsito, sin embargo por la banquina pasaban y pasaban vehículos, violando las reglas y poniendo en peligro la vida de tantas personas, a tal punto que en determinado momento la ruta se angostaba y estos sujetos se metían "de prepo" empujando al automóvil que sí estaba circulando bien, hacia el carril contrario con los riesgos que eso implica. De ninguna manera quiero inducir a la anarquía, pero ante estas situaciones los que respetamos todo nos sentimos burlados por esos "piolas", que después terminan provocando accidentes, donde lamentablemente mueren personas inocentes.

Pero esto no es propio de las rutas, en nuestra ciudad pasa lo mismo, quien se pare unos minutos a observar en una esquina transitada puede ver gran cantidad de infracciones, que en la mayoría de los casos no termina en tragedia de puro milagro.

Es muy común ver vehículos doblando a la izquierda en avenidas de doble mano, fundamentalmente motos, con el agravante de que no llevan casco puesto y ni hablar de cuando van con acompañante, generalmente uno solo de los tripulantes lleva el protector. Los deliverys, sin comentarios, todos lo vemos.

Algo muy común en los taxistas es que circulen junto al cordón, como debe ser, y de repente crucen la calle en diagonal para doblar hacia el lado opuesto, sin dar ningún tipo de aviso a quien viene detrás.

El día 6 de diciembre, en horas del mediodía, vi que un grupo de 12 personas mayores paseaban por Puerto Madero y al cruzar la calle Macacha Güemes, frente al Hotel Hilton, casi fueron arrolladas por un camión con cabina para carga refrigerada. Los peatones estaban cruzando correctamente, con la luz del semáforo a su favor y por la senda peatonal. Sin embargo, el camión increíblemente encaró y cruzó con la luz roja sin ningún tipo de reparo, no fue una tragedia de pura casualidad.

Ante esta situación, le recriminé a un efectivo de Prefectura que estaba allí mirando todo, sin hacer nada, entonces le hice notar lo ocurrido e inclusive le señalé el camión que se había detenido frente a un comercio, sin embargo desestimó mi reclaro y se alejó con cara de pocos amigos, restando importancia a lo ocurrido.

Estas son las situaciones que me hacen sentir gran impotencia, porque uno se pregunta ¿Qué nos pasa a los argentinos? ¿Estamos locos? Se supone que las fuerzas del orden están para eso, para poner orden y hacer respetar la ley, sin embargo cuando algún ciudadano se lo hace notar se enojan mucho.

Quiero vivir en una ciudad donde se respete la ley, donde se premie a quienes lo hacen y castigue con rigor a quienes no. Quiero que cuando le reclamo algo a un policía éste cumpla con su deber. Quiero se valore la vida y se respeten los derechos. ¿Será demasiado lo que pido?

www.info-almagro.com.ar (15/01/12) - (Extensión 5019 caracteres)