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“Mandela partió, pero no se fue”

Nelson Mandela, ex presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz, murió a los 95 años, el 5 de diciembre a las 20.50 (15.50 hora de Argentina) en su casa de Johanesburgo, donde desde septiembre pasado estaba internado y recibía tratamiento por sus complicaciones respiratorias.

Madiba, como lo llaman cariñosamente los sudafricanos, estuvo internado cinco veces en los últimos dos años. La última vez ingresó el 8 de julio pasado al hospital de Pretoria con un cuadro de pulmonía y estuvo en terapia intensiva durante más de tres meses, hasta que pudieron trasladarlo a su casa, donde finalmente falleció.

El encargado de dar la noticia fue el actual presidente sudafricano, Jacob Zuma, quien con un tono solemne anunció ante las cámaras de televisión que su país "había perdido a su mayor hijo". "Nelson Mandela nos unió y juntos nos despedimos de él". "Los sudafricanos estarán de luto por la persona que, más que ninguna otra, vino a personificar su sensación compartida de nacionalidad", señaló Zuma durante su breve aparición por TV.

Mandela lideró la lucha contra el régimen racista del Apartheid y sus convicciones y su liderazgo le valieron la cárcel durante 27 años. Gracias a su perseverancia y su fortaleza física y mental logró superar el encierro y las torturas, y convertirse en el conductor de una de las transiciones más pacíficas de la historia de Africa y del mundo entero.

Muchos de sus compatriotas no olvidan sus palabras cuando salió finalmente de la cárcel y se dirigió a miles de personas desde el balcón del Ayuntamiento de Ciudad del Cabo: "Los saludo a todos en nombre de la paz, la democracia y la justicia universal".

Con ese espíritu de reconciliación y diálogo, lideró la transición hacia la democracia y asumió en 1994 el poder como el primer presidente negro de una Sudáfrica pobre, violenta y polarizada.

"Mandela fue un hombre increíble. No sólo por la forma en que hablaba de la reconciliación, sino también por cómo la llevó a cabo", recordó su socio en la transición de principios de los 90, el entonces presidente y líder de la minoría blanca, Frederik De Klerk, con quien compartió el premio Nobel de la Paz en 1993.

Otro premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, al conocer la triste noticia expresó: “Mandela partió, pero no se fue. Permanece su testimonio de vida y los principios que asumió para la lucha por la vida y la dignidad de los pueblos”.

“Sufrió torturas y 27 años de cárcel en manos de una minoría dominante que arrastraba la mentalidad racista y colonial heredada de Europa. Pero en esa diversidad e intolerancia, se mantuvo firme en su convicción de que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos y logró grandes avances para superar el ostracismo y marginalidad de su pueblo. Hoy quedan muchos desafíos pendientes en Sudáfrica y el proceso de lucha al que él colaboró servirá de brújula a los sudafricanos”.

“Nelson Mandela fue y será un ejemplo para la humanidad”.

Recordamos que durante su presidencia hizo una visita oficial a nuestro país, en julio de 1998, durante tres días mantuvo reuniones con las principales autoridades argentinas y recibió múltiples homenajes, entre los que se destacó un aplauso de cinco minutos en el Congreso de la Nación. También visitó Ushuaia, donde participó de una cumbre del Mercosur.

Mandela, en aquella ocasión se reunió con el entonces jefe de Gobierno porteño, Fernando De la Rúa, quien lo galardonó como Ciudadano Ilustre de la Ciudad. También visitó la Casa Rosada, donde fue recibido por el presidente Carlos Menem.

Un grande de verdad y un ejemplo a seguir, en estos tiempos en que muchos políticos en lugar de servir al pueblo, se sirven de él para sus intereses personales, Mandela sacrificó su libertad para conseguir la de su pueblo.

www.info-almagro.com.ar (3793) - Publicado el (08/12/13)
Fuente consultada: Adolfo Pérez Esquivel y Agencia Telam