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La barbarie llegó para quedarse

Acabo de ver en el noticiero que un grupo de piqueteros que cortaban el Puente Nicolás Avellaneda arrojaron desde una altura de cuatro metros a un jóven que con su moto intentaba pasar para llevar a su mujer embarazada (con pérdida) al hospital.

Esta mañana un grupo de piqueteros que se identificaban con un sindicato de trabajadores del puerto cortaban el Puente Nicolás Avellaneda, que une el partido de Avellaneda con la Ciudad de Buenos Aires. Según las crónicas un jóven con su moto intentó pasar porque tenía a su esposa embarazada de cuatro meses, con una emergencia, y debía llevarla al hospital Argerich. Fue allí cuando un grupo de salvajes cobardes le propinaron una feroz paliza y lo arrojaron desde una altura de cuatro metros, motivo por el cual debió ser hospitalizado.

En las imágenes televisivas se puede ver claramente como es agredido salvaje y cobardemente por un grupo, mientras un señor de gran contextura física trata de repararlo, aunque no pudo hacer mucho contra esa multitud de bárbaros. El mismo hombre fue quien le abrió paso a la mujer para que llegara hasta la motocicleta y huyera para ponerse a salvo.

Hace pocos días la presidente de la Nación, en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, dijo que ya no se permitirían más piquetes, pero parece que a las palabras se las lleva el viento, no solo se producen infinidad de piquetes cada día sino que además se hace uso de una violencia inusitada y de una impunidad que asusta.

Según el diccionario el significado de la palabra “barbarie” es: Actitud de la persona que actúa con violencia y crueldad, sin compasión ni humanidad, contra la vida o la dignidad de los demás.

Cualquier similitud con la realidad que estamos viviendo los argentinos no es casual. El de hoy no es un hecho aislado, hace un par de días hubo una batalla campal entre barrabravas de Quilmes, que dejó un saldo de siete heridos, que ingresaron al hospital Iriarte, cercano al estadio. Según lo confirmó el Dr. Gustavo Wahnschaffe, director del hospital, "Ingresaron con heridas de arma blanca, golpes, uno incluso con un corte por un destornillador".

La semana pasada barrabravas del Club Los Andes tirotearon la casa el presidente de la institución y quemaron un patrullero que estaba parado en la puerta. Nadie va preso y lo más grave es que Julio Grondona, presidente de la AFA, no se hace responsable y dice a los periodistas “resuélvanlo ustedes”.

También hubo varios casos de delincuentes que ingresan a robar en casas de jubilados y los golpean, en un caso quemaron a una anciana con una plancha y en otro caso picanearon a una abuela con un chispero para encender la cocina.

Hoy en día la vida no vale nada, matan por un par de zapatillas, por un teléfono celular, o porque sí, no más, eso es terrible y, como si fuera poco, se habla de cambiar el Código Penal para, según los entendidos, alivianar las penas cuando todos los ciudadanos comunes y honestos estamos pidiendo a gritos penas más severas. Realmente, no se puede entender.

www.info-almagro.com.ar (3053) - Publicado el (12/03/14)