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Pasaje San Carlos

Es uno de los pasajes más antiguos de Buenos Aires, pasar por allí es viajar en el tiempo varias décadas, parece que el paso de los años no lo afectaron, sigue manteniendo la calma que seguramente reinaba en Almagro muchos años atrás.

Este pintoresco pasaje está ubicado en el Nro. 151 de la calle Quintino Bocayuva, frente a la Basílica de María Auxiliadora y San Carlos Borromeo.

Juan Francisco Tarragona adquiere en 1865 un sector de la amplia quinta que perteneciera a Juana Isidora González, que se extendía desde la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) hasta Rivadavia, prolongándose al oeste hasta más allá de la contemporánea José Mármol. El límite este de la misma formaba un estrecho callejón que recién en 1889 fue ensanchado para dar origen a la calle Estebarena, más tarde Artes y Oficios y finalmente Quintino Bocayuva.

Con la subdivisión de esta quinta nace el Pasaje San Carlos de acceso exclusivamente peatonal, su entrada actualmente está flanqueada por una reja metálica para proteger a los vecinos en estos tiempos de inseguridad. En sus aproximados 50 metros, que se internan en la manzana -sin salida- se alinean unas quince casas, con numeración de 1 al 70; sus frentes conservan el aspecto de Buenos Aires del siglo XIX. El toque que le brindan los antiguos faroles, las alargadas ventanas con altas persianas y adornados balcones, producen la sensación de trasportarnos en el tiempo.

Carlos Borromeo -que le diera el nombre al pasaje, al templo y también a la zona durante un largo tiempo- nació en Lombardía (Italia) en el año 1538; fue ordenado sacerdote a los 25 años, alcanzando con el tiempo el arzobispado de la ciudad de Milán. Durante su gestión produjo profundas reformas en las costumbres del clero, ganándose elogios y también hostilidades de quienes se sintieron afectados, a tal punto que durante una misa fue herido por una bala de arcabuz.