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El tranvía de la muerte circuló por Almagro
Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871 surgió la necesidad de ampliar la capacidad de los cementerios existentes, que estaban colmados a causa de la anterior peste de cólera, destinándose a ello un terreno de 5 hectáreas conocidas como la Chacrita de los Colegiales visitada por los estudiantes pupilos del Real Colegio de San Carlos, que hoy corresponde al Parque Los Andes, y que se conoció popularmente como Cementerio Viejo.
Fue inaugurado el 14 de abril de 1871 siendo su primer administrador el señor Munilla y el primer inhumado don Manuel Rodríguez, de profesión albañil.
La Porteña, nuestra primera locomotora, estuvo afectada al servicio de “Tranvía Fúnebre” que partía de la estación Bermejo, ubicada en Corrientes y Jean Jaurés, y transportaba las cajas de madera hasta la actual Av. Dorrego.
Fue tan grave el flagelo que existen testimonios de 564 inhumaciones en un solo día, quedando reflejado en la crónica de la época el macabro espectáculo de las inhumaciones nocturnas.
El cementerio fue clausurado en 1875 pero siguió funcionando hasta el 9 de diciembre de 1886 y a comienzos de 1887 las inhumaciones comenzaron a realizarse en el Cementerio denominado “Chacarita la Nueva”.
Por Ordenanza del 30 de diciembre de 1896 su denominación fue “Cementerio del Oeste” hasta que el 5 de marzo de 1949 se establece el nombre de “Cementerio de la Chacarita”.
Acostumbrados a la tranquilidad pueblerina, con la llegada de los primeros tranvías, a los porteños les inquietaba la posibilidad de serios accidentes, por lo que hubo que anteponer a cada coche, abriendo paso a unos treinta metros de distancia un empleado a caballo que se llamó "postillón", ataviado con verde uniforme, agitando una bandera roja y soplando un cornetín, como advertencia de que se acercaba el "peligroso vehículo".
Así nació el tranvía; Balvanera Oeste y el Este de Almagro, un barrio campero que comenzaba a dar sus primeros escarceos, se poblaron de vías y no pocas estaciones de tranvías. Enormes galpones de varios cuerpos a dos aguas, que ocupaban gran parte de la manzana, con salida hacia dos o tres calles simultáneamente.
Por el barrio de Almagro circuló una formación muy particular, el tranvía fúnebre, que fue inaugurado el 19 de julio de 1887 como continuación de los servicios que prestaba "La Porteña" del Ferrocarril Oeste. Desde su salida de Centro América (hoy Pueyrredón) y Corrientes, llegaba hasta el nuevo cementerio de la Chacarita, habilitado en 1886. Por entonces, un verdadero descampado, aislado del casco de la ciudad, con deplorables caminos de acceso.
En la intersección de las calles Corrientes y Bermejo (hoy Jean Jaurés), esquina SO, se instala una estación fúnebre, donde eran depositados los cadáveres y de donde salían tranvías enlutados rumbo a Chacarita. Otros lo hacían de la estación de Corrientes y Medrano, esquina SO.
En un coche iba el difunto y en otro los deudos, a llorarlo durante el largo trayecto. Se distinguían tres categorías de servicios: el de primera, con toda la pompa y en horario a convenir, el de segunda, más modesto, en determinados horarios y el de tercera, gratuito, para cadáveres provenientes de hospitales, asilos y de la policía, así como también para los pobres que no podían costearlo.
www.info-almagro.com.ar (3292) - Publicado el (23/05/14) Fuentes consultadas: Primera Página Enero/febrero 2001 y Casa Napolitano
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