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Día Internacional de los Derechos del Niño por Nacer

El 7 de Diciembre de 1998, el entonces presidente argentino Carlos Saúl Menem, declaró el 25 de marzo "Día del Niño por Nacer". Tras la iniciativa argentina, la Iglesia animó a otros países y líderes a seguir el ejemplo y las respuestas fueron llegando en años sucesivos.

La fecha fue escogida por ser el día en que los católicos --que constituyen más del 90% de la población del país-- celebran la Fiesta de la Anunciación, cuando Jesucristo fue concebido en el seno de María.

La primera celebración oficial del "Día del Niño por Nacer" en Argentina tuvo lugar el 25 de marzo de 1999. El acto central reunió a representantes de la Iglesia católica en el país y a invitados como el cardenal Bernard Law, entonces arzobispo de Boston, y monseñor Renato Martino, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en aquella fecha.

También estuvieron presentes representantes de las iglesias ortodoxas y cristianas, así como líderes judíos y musulmanes.

Poco antes de la celebración, el entonces presidente Menem escribió una carta a todos los presidentes de los países de América Latina, España, Portugal y Filipinas, invitándoles a adherirse a la iniciativa de declarar el 25 de marzo "Día del Niño por Nacer".

El Papa Juan Pablo II, por su parte, envió una carta al presidente Menem en la que expresó su deseo de que "la celebración del “Día del niño por nacer” favorezca una opción positiva en favor de la vida y del desarrollo de una cultura orientada en este sentido, que asegure la promoción de la dignidad humana en todas las situaciones".

Tras la iniciativa argentina, la Iglesia animó a otros países y líderes a seguir el ejemplo y las respuestas fueron llegando en años sucesivos.

Especialistas del Hospital Universitario Austral nos cuentan cómo trabaja el servicio de Neonatología. Es un centro de referencia en Medicina Fetal y en Neonatología, razón por la cual llegan familias de todo el país con embarazos con problemas muy diversos.

“Así, en muchas ocasiones, nos toca manejar situaciones complejas con pacientes que han atravesado múltiples consultas y derivaciones en diferentes niveles de atención. En este sentido, nuestra postura con respecto a los fetos no difiere de aquella que tenemos con los recién nacidos o los niños: la dignidad y el valor como persona es el mismo no solo por lo inherente a su ser, sino por lo que significan para las familias que atendemos. La perinatología es una especialidad que nos pone repetidamente en situaciones en las cuales evaluamos y decidimos sobre fetos en diferentes etapas de la gestación”, explicó el Dr. Gabriel A. Musante, jefe del servicio de Neonatología y director Asociado Departamento Materno Infantil del Hospital Universitario Austral.

“No es infrecuente que tengamos contacto con gente a la cual en algún momento le recomendaron abortar y nos lo dicen. En nuestra consulta, puede ocurrir que le planteemos a una familia la recomendación o propuesta de limitar el esfuerzo terapéutico, o implementar un enfoque paliativo ante una patología fetal de muy mal pronóstico y sin tratamiento posible. Esto hay que considerarlo porque para nosotros es muy clara la diferencia entre terminar un embarazo por elección o realizar un aborto y el cuidar, contener y acompañar en la decisión de aceptar que la enfermedad o la malformación, cause la muerte en el momento que esta ocurra”, sumó.

El Dr. Musante también destacó que muchas veces no es considerado el impacto emocional que puede tener sobre la madre y el padre de un feto afectado el hecho de tomar una conducta activa, que es vista por algunos de manera simplista como una “solución”.

“Nuestra experiencia es que acercándonos desde la empatía y compasión del profesional y el amor de los padres que buscaron, soñaron y llegaron a ese hijo podemos lograr una evolución mucho más edificante si aceptamos lo inevitable del problema sin tener que ser ‘nosotros’ los que le demos fin. En esos casos buscamos acompañar a las familias hasta el momento del nacimiento y permitirles estar con el bebé mientras se pueda, aunque a veces sea sólo para sostenerlo en brazos durante unos minutos en la sala de parto”, agregó el especialista.

Para finalizar comentó: “Afortunadamente, en muchos otros casos, los temores ante un determinado riesgo o presunción diagnóstica pueden ser disipados o resueltos a través de mayores competencias profesionales o técnicas, y nos toca compartir la alegría con la familia. Tanto en unos casos como en otros podemos contemplar la riqueza y dignidad de la vida respetada”.


www.info-almagro.com.ar (4575) - Publicado el: 25/03/16
Fuentes consultadas: VidaHumana.org
Y el Dr. Gabriel A. Musante - Jefe del servicio de Neonatología
Director Asociado Departamento Materno Infantil
Hospital Universitario Austral