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¿Protesta pacífica? ¿Represión desmedida?
Estoy escribiendo esta nota en la tarde del domingo, espero equivocarme, pero todo indica que el lunes Buenos Aires volverá a ser una ciudad tomada por la violencia, contra la autoridad, la propiedad pública y privada, el derecho a circular libremente. Lo peor del caso es que esos activistas violentos se sienten las víctimas de la represión (justificada) de las fuerzas de seguridad.
En los últimos tiempos Buenos Aires se ha convertido en el “Reino del revés”, como se titulaba una recordada canción de María Elena Walsh, donde los activistas violentos se han apropiado del espacio público provocando todo tipo de excesos mientras la policía mira sin intervenir. Aun siendo humillados con insultos, golpes, piedrazos, etc.
La semana pasada pudimos ver en los noticieros como destruyeron vidrieras, robaron mercadería en los comercios, quemaron sillas de algunos bares y también los contenedores de residuos que buena plata nos cuestan a los contribuyentes y estamos hartos de reponerlos permanentemente por culpa de estos vándalos que solo buscan destruir.
Me indigna escuchar algunos colegas y fundamentalmente políticos, en su mayoría diputados, que justificaron el accionar de los violentos argumentando que el operativo de seguridad montado para proteger el Congreso fue excesivo y lo tomaron como una “provocación”.
Las leyes están para ser cumplidas y las fuerzas de seguridad están para garantizar que así sea. Me perece una estupidez decir que el hecho de que haya un operativo importante da derecho a atacar a quienes lo realizan, a ver si me voy a creer que si ponían veinte policías los vándalos hubieran realizado una protesta pacífica con cánticos y banderitas. A veces somos ingenuos pero no tanto, no nos tomen por giles.
Otro tema a tener en cuenta, si usted es observador, habrá notado que cuando arman un piquete para cortar una avenida, generalmente llevan muchas mujeres y niños pequeños, que usan como escudo ante la eventual intervención de la policía para desalojarlos. Cosa que no ocurrió hace unos días frente al Congreso Nacional. Se pudo ver claramente hombres jóvenes muy agresivos, armados con palos, enormes piedras, botellas, gomeras con las cuales arrojaban tuercas y bulones contra los gendarmes. Acusados de “reprimir salvajemente” una “protesta pacífica”.
No nos olvidemos que esos pacíficos protestantes rompieron vidrieras, saquearon negocios, quemaron quince autos particulares, entre ellos el de una señora discapacitada. ¿Hace falta agregar algo?
Como digo al principio de esta nota, Dios quiera que me equivoque y no se repita la historia de la semana pasada. No estoy en contra de la protesta, a mi juicio justificada, pero deseo que se arregle todo dentro de las paredes del Congreso de manera democrática, como corresponde, sin escándalos ni violencia de ningún tipo.
www.info-almagro.com.ar (2856) - Publicado el: Lunes 18/12/17