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El Tropezón, donde habita el espíritu de Gardel
Hace pocos días, reabrió el emblemático restaurante El Tropezón, situado en avenida Callao 248, en el barrio de Balvanera. Había cerrado en 1983 y nuevamente, abrió sus puertas al público.
El restaurante fue inaugurado en 1896 y era el preferido de diversas personalidades, políticos, bohemios, actores y tangueros. Carlos Gardel fue un asiduo concurrente que se deleitaba con el puchero de gallina que allí servían.
Recuerdo de pibe escuchando la inolvidable voz de Edmundo Rivero entonando:
“Cabaret... "Tropezón"..., era la eterna rutina.
Pucherito de gallina, con viejo vino carlón”.
En 1983 se desplomó su marquesina y cerró. Pasaron 34 años y ahora, gracias a la perseverancia de Raquel, una mujer fanática del tango y su historia, que consiguió el derecho de la marca, El Tropezón resurgió de sus propias cenizas y fue rescatado del olvido.
Si bien abrió el martes de la semana pasada, la inauguración oficial fue el domingo17 de septiembre, con un gran puchero.
El local tiene 45 metros de largo y 9 de ancho, conserva sus pisos de cerámicos calcáreos, sus techos con madera y claraboyas de bronce que fueron restauradas. Sus paredes de 60 centímetros lucen el ladrillo a la vista, porque la boiserie que tenía, ha desaparecido. También tiene un sótano, de 100 m2, con pisos en damero, que ahora alberga la cava y dos largas mesas para 20 comensales, cada una.
Raquel armó una galería de fotos de las figuras ilustres que visitaban el restaurante y algunas curiosidades, como las partituras originales del tango "Por una cabeza" o un arco de violín de la orquesta de D'Arienzo.
El menú es típicamente español y entre sus platos más tentadores, además del puchero, puede elegir una rica tortilla, callos a la madrileña, guiso de lentejas, paella y otras delicias.
www.info-almagro.com.ar (1809) - Publicado el: Lunes 18/09/17