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El Bar Homero Manzi lucha por sobrevivir
Situado en la icónica esquina de San Juan y Boedo, es un espacio muy querido por los vecinos en particular y por los porteños y turistas en general. Al igual que ha ocurrido con otros bares y confiterías históricas de Buenos Aires, lucha por sobrevivir a la pandemia y evitar cerrar sus puertas, pero todo se hace cuesta arriba.
Sus dueños dicen que no tienen intenciones de cerrar y están muy agradecidos porque los vecinos les ofrecen ayuda, pero está todo muy difícil y no saben si podrán seguir manteniéndose.
El bar, inaugurado en 1925, fue reabierto el 26 de septiembre de 2000, luego de una importante remodelación. En pocas semanas se cumplirán veinte años. La reconstrucción del café le hizo ganar más espacio, se jerarquizó con madera de cedro en las paredes y la barra, mármol de carrara en las mesas, y cuadros de Hermenegildo Sábat. En la ochava y sobre el acceso, está el inconfundible rostro de Homero Manzi, realizado por el gran dibujante y artista plástico. Todo conservando la esencia de los cafés de la década de los 40, pero puesto en valor.
Según ha comentado Gabriel Pérez, uno de los dueños, todos los días al atender el teléfono le preguntan si pueden ingresar a tomar un café. Se trata de viejos clientes, que fieles a su costumbre del cafecito en el Homero Manzi, están ansiosos por volver a la barra o a una de sus mesitas, para recuperar esa charla de café, ese lugar de encuentro, ese sentarse al lado de la ventana para ver el trajinar diario de los porteños.
Gabriel dice: “Esto es muy difícil, es muy angustiante. Le hicimos frente a la situación con el delivery, pero la realidad es que no alcanza. Es un 3% o 4% de la recaudación. Vivimos del turismo, del restorán que está abierto todos los días del año mediodía y noche”. Si bien reabrieron el 15 de mayo, la modalidad de venta es a través de delivery o para llevar.
“La única ayuda que tenemos, pero no nos alcanza, es el ATP. Con eso les pagamos el sueldo a los empleados, mientras que el porcentaje que nos corresponde a nosotros lo pagamos con lo que ya no tenemos. Sacamos el crédito de 24% y ya lo usamos absolutamente todo. No nos queda nada y no sabemos cómo vamos a poder enfrentar lo que viene.
En el Homero Manzi trabajan 42 personas que se ocupan del café y restaurante, pero además, antes de la pandemia se ofrecían cenas y shows de tango, con gran convocatoria de turistas, pero actualmente, debido a esta situación, es difícil vislumbrar cuándo volverán los turistas y cuándo se podrá retomar la actividad normal.
Los administradores del Café Homero Manzi, Eulogio Perez y su hijo Gabriel han dedicado estas dos décadas al emblemático bar e incluso Eulogio, que ya es un hombre mayor, continúa yendo todos los días y proponiendo nuevas cosas como por ejemplo el delivery, algo que el local no brindaba, porque consideraban que el entrar y salir de los chicos que hacen los repartos, podía interferir y molestar a los clientes, los días que había shows. Ahora, esa propuesta se tomó en cuenta y aunque no deja buenos dividendos, al menos representa un pequeño ingreso que en estos tiempos sirve.
La esquina de San Juan y Boedo fue hecha célebre por Homero Manzi, un enorme poeta santiagueño que se estableció entre Pompeya y Boedo, cantándole a los amores imposibles y a la fugacidad de la vida. El bar lleva su nombre desde 1982. Antes tuvo otros: El aeroplano, Nipón, y Canadian.
www.info-almagro.com.ar (3417) - Publicado el: Martes 11/08/20