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Disminución de la contaminación sonora por cuarentenaAsí como los mapas satelitales muestran una mejoría en la contaminación ambiental, debido a la polución que generan los vehículos o fábricas, también disminuyó la contaminación sonora, debido a la cuarentena que propició la menor circulación vehicular. Los entendidos dicen que el ruido bajó hasta un 36% y Buenos Aires se volvió más silenciosa. Uno de los barrios donde se hace más notoria esta mejoría es en Almagro, según informe de la Secretaría de Ambiente porteña. Un estudio oficial, elaborado por dicha Secretaría, a través de la Agencia de Protección Ambiental, detectó una reducción de entre el 16% y el 36% en los niveles sonoros de puntos estratégicos de la Ciudad. El informe se basa en mediciones de los días 25, 26 y 27 de marzo y 6, 7, 8, 9 y 10 de abril, es decir, en los primeros días del aislamiento obligatorio y los posteriores al anuncio de la primera extensión. Los resultados fueron contrastados con el Mapa de Ruido desarrollado previamente por la propia agencia. Los lugares elegidos para hacer las mediciones fueron cruces con alta incidencia de ruido: Carlos Calvo 1600 (Constitución), 9 de Julio y Alsina (Monserrat), Avenida del Libertador 6800 (Núñez), José Bonifacio 3000 (Flores), y Quito 4200 y Billinghurst 200 (Almagro). Estos dos últimos puntos son los que registraron una mayor disminución: 36% y 32% respectivamente. En José Bonifacio al 3000 se midió la menor reducción, de un 16%. El resto osciló entre el 21% y el 26%. “Cada decibel que baja es muy significativo en términos de salud y calidad de vida”, contextualiza Silvia Cabeza, titular de la asociación civil Oír Mejor. Los resultados del Mapa de Ruido fueron generados a partir de la toma de sonido en seis días continuos, mientras que el informe que da cuenta de la reducción fue elaborado durante el día con sonómetros de mano y en franjas horarias acotadas, de 7 a 20, por el propio aislamiento obligatorio. Pero también destacan que, más allá de estas diferencias en la toma de datos, la tendencia permite demostrar una disminución en los niveles de ruido. El efecto inesperado del coronavirus: cambió el olor del aire y mejoró el ambiente, lo que demuestra a las claras cómo la rutina diaria y el funcionamiento "normal" en las ciudades perjudica al medio ambiente y por consiguiente, nuestra calidad de vida. Es que la reducción de la contaminación acústica se percibe a simple oído en toda la Ciudad. Con menos ruido, se duerme mejor, se descansa mejor y eso cambia el humor de la gente. Es sabido que la exposición al ruido además de molestar, también afecta la salud y que haya bajado ese índice implica una gran mejora en la calidad de vida. www.info-almagro.com.ar (2694) - Publicado el: Martes 21/04/20 |