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La vigencia de Discépolo a 70 años de su muerte

El jueves 23 de diciembre se cumplen 70 años del fallecimiento de Enrique Santos Discépolo, creador de fabulosos tangos, entre los que se destaca "Cambalache", que parece haber sido escrito ayer y por eso, el compositor está más vigente que nunca.

Enrique Santos DiscepoloDiscépolo fue actor, director teatral, dramaturgo, guionista de cine, músico, director de orquesta, destacándose por su estilo personal para retratar la vida cotidiana, el difícil sentimiento amoroso y la sociedad de su tiempo, desde una mirada filosófica y comprometida que trasciende hasta el día de hoy.

Nació en el barrio porteño de Balvanera y fue su hermano mayor, el dramaturgo Armando Discépolo, quien se hizo cargo de su educación tras la muerte de sus padres -cuando él apenas tenía 11 años- y también quien lo introdujo al mundo artístico luego de que Enrique confesara su interés por la actuación.

Antes de cumplir los 20 ya había creado las obras “El señor cura” y “Páselo, cabo”. Ya por ese entonces, Enrique empezaba a sentir amor por el tango, género musical que le permitió cosechar grandes amigos como Homero Manzi, Aníbal Troilo o Celedonio Flores, entre otros grandes.

El joven Discépolo inició su carrera como compositor con el tango “Bizcochito”, creado 1924 a pedido del dramaturgo José Antonio Saldías, que, sin embargo, pasó sin pena ni gloria.

Posteriormente escribió letras de tangos que reflejaban las dificultades económicas y sociales de su tiempo, los años 20 y 30, los de la “década infame”. Entre esos tangos podemos citar "Qué vachaché", en el que uno de sus pasajes dice: “Lo que hace falta es empacar mucha moneda, vender el alma, rifar el corazón, tirar la poca decencia que te queda... Plata, plata, plata y plata otra vez... (recuerda cierta frase que alguna vez alguien, abrazando una enorme caja de seguridad, dijo: "éxtasis, éxtasis" y no se dió cuenta que esa caja ni otras cosas pudo llevarse al otro mundo).

“El hambre de los otros es algo que siempre divierte a los que han comido”, dijo Discepolín en una memorable escena de una de sus películas (ese dicho también me recuerda lo que ocurre actualmente). El poeta Julián Centeya alguna vez insinuó que como actor tenía “un aire a Chaplin”.

Su primer éxito llegó en 1928 de la mano de "Esta noche me emborracho", popularizado por la cancionista Azucena Maizani; a partir de allí comenzó a tener un importante reconocimiento en el universo de la música porteña, y conoció a la mujer con la que compartió casi un cuarto de siglo: la actriz y cantante Tania, una cupletista española que fue el gran amor de su vida.

"Chorra" también fue un exitoso tango que intrpretaba Tita Merello y Yira, Yira, Malevaje, Sueño de Juventud, Alma de bandoneón, forman parte de su increíble repertorio.

Militante del campo nacional y popular, comenzó a colaborar con la campaña electoral para la reelección presidencial de Juan Domingo Perón en 1946 y en 1949, por la Cadena Nacional de Radio Difusión, cuestionaba los valores éticos y morales de la época. En 1951 cuando ganó el Peronismo, se ganó el odio de diversos sectores de intelectuales que no toleraban su entrega popular y le dieron la espalda. Recibió amenazas, encomiendas que llegaban con sus discos hechos trizas o con excrementos, alteraciones de sus propias letras para humillarlo.

Algunos de sus ex amigos cambiaron un saludo por un escupitajo en el piso cuando Discepolín aparecía y hasta le organizaron un famoso banquete en el restorán El Tropezón, sobre la avenida Callao, lugar de encuentro de la gente de teatro tras las funciones: los cubiertos estaban todos vendidos, pero cuando Discepolín y Tania arribaron, no había nadie.

Fue muy amigo de Evita, a quien visitaba en su casa cuando estaba muy enferma. El también lo estaba y alguna vez le confesó a su amiga que "estaba más solo que un perro" y le mostró las cartas injuriosas que recibía. Ella intentaba consolarlo diciéndole que las guerras no se hacían con buenos modales y luego agregó: "mirate un poco, mirame a mí... si los dos nos estamos muriendo". "Andá y morite en paz, que no te equivocaste". Esto se ve en una parte de la película 'EVA PERON' (1996), dirigida por J. C. Desanzo y escrita por J. P. Feinmann (recientemente fallecido).

Fue el principio del fin: tan apegado a sus afectos, a esa sensibilidad que le permitía idear personajes con valores y sentimientos nobles, "Discepolín" decidió no sufrir más, se dejó morir y falleció el 23 de diciembre de 1951 y sus restos descansan en el Cementerio de Chacarita.


www.info-almagro.com.ar (4518) - Publicado el: Jueves 23/12/21