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Heladero que duerme en la vereda para cuidar el grupo electrógenoEn Estado de Israel y Aguirre, Salvador Palazzo tiene la heladería La Flor de Almagro, que data de 1933. "Hacía tres días que no tenía luz pero me salvó un viejo grupo electrógeno, con el que pude conservar la mercadería, pero tuve que hacer guardia en la vereda toda la noche para cuidarlo. El tema es que me quedé dormido y no me tendría que haber pasado". Salvador, de 63 años, se queja que "cada año, para la misma época, sucede lo mismo. Estamos días y días sin luz porque en vez de hacer el arreglo como corresponde, lo emparchan para que dure un tiempito. Uno no sabe si es falta de inversión, mala voluntad, o las dos cosas". Cuenta que la noche estuvo tranquila, sin que corriera "una gota de aire" y que "se hizo llevadera porque me acompañó el dueño del supermercado chino, quien pudo mantener la cadena de frío gracias a que se pudo conectar a este aparato". Andrea, una vecina, entró a la heladería para retirar la medicación que Palazzo, gentilmente, le había guardado en la heladera para su conservación. "Soy insulina dependiente, si llego a perder la medicación, la obra social no me la repone. Por suerte Salvador, el dueño de la heladería, hizo honor a su nombre. Estoy que me llevan los demonios, hoy fui a Edesur y se me salió la cadena. No aguanto más el maltrato y la desconsideración con la que el consumidor es tratado". Andrea fue a las oficinas de la empresa Edesur sobre avenida Angel Gallardo y vivió momentos de tensión. "Te atienden en la calle, no te dejan entrar por protocolo pero se arma una fila larguísima, te hablan por una ventanita de 20 centímetros y ponen en atención al público a un jovencito, pobre, que no tiene la menor idea que decir, repitiendo lo que le ordenan como un disco rayado. Los gritos míos creo que se escucharon hasta la oficina de la encargada, quien se dignó a dar la cara, con dos gendarmes detrás, como si fueran sus guardaespaldas". Un rato después "mandaron una cuadrilla y terminaron poniendo un parche, pero al menos nos volvió la luz. Yo estaba dispuesta a encadenarme, no me importa nada, estoy harta del desprecio con el que nos tratan. Nadie se pone en nuestro lugar, yo vivo en un edificio con gente discapacitada, muchos mayores de edad", concluye. www.info-almagro.com.ar (2283) - Publicado el: Miércoles 05/01/22 |