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Qué es el ataque de pánicoHabiendo transcurrido el largo período de la pandemia, que nos mantuvo encerrados y apartados del mundo exterior, uno de los efectos colaterales que padecen algunas personas es el ataque de pánico. Mucho se ha hablado sobre el ataque de pánico y sin embargo, por desconocimiento sobre el tema, muchas personas que lo sufren, sienten que están a punto de morir. Precisamente ese es uno de los síntomas, sentir terror intenso o una muerte inminente. Es importante distinguir cuándo es algo ocasional y cuándo es algo frecuente; en este último caso, si la persona necesita salir y tiene que llamar a alguien para que la acompañe; si va a un restaurante a comer y se sienta cerca de la puerta, son alertas de un posible ataque de pánico. Su duración puede variar entre dos, cinco y hasta diez minutos. Pero no más de veinte. En general, es breve y sobreviene sin previo aviso. La persona puede estar hablando con alguien, o cenando en algún lugar y, de repente, experimenta esta sensación. Se calcula que una de cada diez personas sufrirá una crisis de pánico, al menos, una vez en la vida. Como resultado, sentirá literalmente que se está muriendo y tendrá ahogos, dolores en el pecho, angustia, sudoración, etc. También podrá sentir que está a punto de desmayarse, de volverse loca o de morir de un ataque cardíaco. Estos son los tres grandes temores que surgen en el ataque de pánico. A pesar de ello, el pronóstico es muy bueno, pues existen terapias especializadas en trastornos de ansiedad. ¿Cómo nos damos cuenta de que estamos frente a un ataque de pánico? Nuestro cuerpo puede manifestarlo a través de los siguientes síntomas: mareos, ahogos, sudoración, sensación de muerte, dolor en el pecho, vértigo, sensación de despersonalización (los rostros de las personas alrededor comienzan a ser borrosos). A veces, el ataque de pánico tiene un desencadenante: un susto, la pérdida de un ser querido o un problema determinado. Otras veces, aparece sin desencadenante. Según la psicología, los trastornos de ansiedad son sinónimo de la suma de una personalidad vulnerable más estrés. En aquel que experimenta esta "sensación de morirse" suele surgir una expectativa ansiosa. La persona piensa: "¿Y si me vuelve a suceder?". Entonces elige quedarse en casa. A su situación actual le suma la agorafobia. No sale de casa por temor a que le pase algo, a morirse, a volverse loco, etc., y termina por desarrollar una depresión. Ahora tiene el ataque de pánico más una depresión secundaria, razón por la cual queda literalmente encerrada. Lo importante, si detectamos alguno de los síntomas, es buscar ayuda profesional, ya que el pronóstico es bueno y se necesita tratamiento para superar la vulnerabilidad, aprender a manejar el estrés y la ansiedad. Es importante saber que nadie se vuelve loco ni se muere por un ataque de pánico. Muchas personas panicosas le piden al médico que les realice un electro. Es muy aconsejable, en estos casos, consultar con un cardiólogo, quien hará los controles necesarios y, al comprobar que todo está bien, derivará a la persona con un psicoterapeuta. Nadie muere de un ataque de pánico. www.info-almagro.com.ar (3138) - Publicado el: Jueves 27/10/22 |