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Se cumplen 111 años del hundimiento del Titanic

El 10 de abril de 1912, zarpaba desde Inglaterra un transatlántico fabuloso, el Titanic, del que se decía que era un barco que “ni Dios podía hundir”. Sin embargo, no fue así, ya que cuatro días, el 14 de abril, chocó contra un iceberg y se hundió. Se cumplen 111 años de la terrible tragedia que dejó un saldo de 1513 muertos.

titanicA más de un siglo del hundimiento del Titanic, el mundo sigue hablando de este hecho que ha quedado bien reflejado en la película dirigida por James Cameron (1997), estrenada en Argentina el 5 de febrero de 1998, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Ganadora de 11 Premios Oscar.

Entre los misterios que rodean al Titanic, se ha dicho que en 1898, un escritor que no era conocido, llamado Morgan Robertson, publicó una novela sobre un fabuloso transatlántico, más grande que ningún otro que se hubiera construido, en el que viajaban personas ricas y complacientes y una fría noche de abril chocaba contra un iceberg.

La historia mostraba así­ la futilidad de todo. Por eso llamó el libro Futility, cuando apareció editado en 1898 por Mansfield, años antes de que el Titanic se hundiera otra noche de abril pero de 1912.

La nave construida por la Línea Estrella Blanca recuerda hasta en sus dimensiones el barco de la novela de Robertson (sesenta y seis mil toneladas en la realidad, setenta mil en la ficción, con apenas ochenta y dos pies y medio de diferencia en la extensión). Ambos tenían una estructura similar y alcanzaban una velocidad parecida. Los dos podían llevar tres mil personas, pero no tenían barcos salvavidas suficientes. Ya que se pensaba que no podían hundirse. Por si todo esto fuera poco, Robertson llamó a su barco Titán, ¡titulando su libro El hundimiento del Titan!

Increíblemente, muchos lo han tomado como una profesía anunciada.

Cuando la esposa de Albert Caldwell contemplaba cómo el personal de cubierta cargaba con el equipaje el 10 de abril de 1912 en Southampton, preguntó a uno de los mozos: ¿Es verdad que este barco no se puede hundir?. El chico le contestó: 'Así es, señora, ¡ni Dios mismo podría hundir este barco!'. Los pasajeros de este trasatlántico que iniciaba así su primer viaje a Nueva York, no podían ni imaginar lo que ocurriría cuatro días después, veinte minutos antes de la madrugada.

En el Titanic viajaban 2.225 pasajeros y solo se salvaron 712, que pudieron escapar en los botes salvavidas, de los cuales seis murieron en las horas siguientes.

El señor Caldwell, su esposa y su bebé, fueron tres de los sobrevivientes y alguna vez relataron cómo vivieron ese terrible drama, para ellos con final feliz:

Albert comentó que en el comedor de segunda clase, donde ellos viajaban, hubo un servicio de himnos, dirigido por Ernest Carter y uno de los temas era "Peligros del mar".

"Cuán poco se dio cuenta aquel grupo feliz, que con pensamientos reverentes adoraban a Dios, que dentro de pocas horas la mayoría de ellos lo encontrarían", agregó Albert.

El matrimonio se retiró a dormir a las 10 de la noche, pero los despertó el sonido de la colisión contra el iceberg y el cese repentino de los motores del barco. Al subir a cubierta, un marinero les habló del iceberg pero dijo que no había peligro para el barco. Los Caldwell regresaron a la cama, pero alguien los despertó por segunda vez cuando golpearon sus puertas y gritaron "Todos en cubierta con sus salvavidas".

Albert y Sylvia subieron a cubierta con el pequeño Alden envuelto en una manta. En la cubierta se había reunido una gran multitud de personas. No hubo pánico y cuando llegó la orden de llenar los botes salvavidas, primero las mujeres y los niños, los pasajeros inicialmente se mostraron reacios:

"Sintieron que era más seguro quedarse en el barco grande. No podía hundirse. En consecuencia, los primeros botes salvavidas dejaron el barco medio lleno de mujeres y niños que prácticamente fueron forzados a subir a ellos. No quería confiar en la vida de mis mi esposa y mi bebé a un pequeño bote salvavidas y ser bajados al océano, y nosotros, como muchos otros, nos quedamos".

El agua entraba a borbotones en las bodegas y el Titanic se hundía. La Sra. Caldwell subió al bote salvavidas 13, Alden fue arrojado al mayordomo Frederick Ray en la popa y el Sr. Caldwell subió a la proa mientras se bajaba el bote. Desde la seguridad del bote vieron como el gran barco se hundía hasta desaparecer de sus vistas.

En su relato, Caldwell dijo que en sus oídos siempre resonarán los gritos de los que perecían por no soportar el agua helada.

Después de su rescate por los Carpatia , los Caldwell se establecieron en Illinois. Un segundo hijo, Raymond Milton Caldwell, nació el 21 de diciembre de 1914., pero en 1930, se divorciaron y tiempo después, ambos formaron nuevas parejas y se casaron. Silvya murió a los 81 años, el 14 de enero de 1965 y Albert murió a los 91 años, el 10 de marzo de 1977.


www.info-almagro.com.ar (4886) - Publicado el Viernes 14 de abril