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Otoño, tiempo de alergiasLas temporadas de alergias se asocian con las estaciones de otoño y primavera, por lo que marzo es el primer mes del año en el que suelen aparecer los síntomas comunes relacionados con estas manifestaciones orgánicas que muchas veces son similares a los de una enfermedad. La alergia, según la definición de la Real Academia Española (RAE), es la “respuesta inmunitaria excesiva provocada en individuos hipersensibles por la acción de determinadas sustancias, especialmente ambientales”. La primavera es la estación que mayores inconvenientes alérgicos genera, porque es la época de la polinización en muchas especies vegetales, por lo que se ven afectadas las vías respiratorias de millones de personas en todo el mundo. En otoño, la baja en las temperaturas obliga en los hogares a un mayor uso de la calefacción y, a su vez, a la reducción de los períodos de ventilación, aun cuando en estos tiempos de pandemia de coronavirus se recomiende la mayor circulación posible del aire para bajar las posibilidades de contagio. Si a esas características se le suma la variante estacional de un aumento de la humedad ambiental, se crea un "ambiente perfecto" para la proliferación de alérgenos de interiores, tales como los ácaros del polvo y los hongos. Asimismo, el comienzo de la temporada escolar provoca mayor contacto entre los niños, no sólo por el generado dentro de las aulas sino también por crecimiento de la actividad social de ellos, con las fiestas de cumpleaños, encuentros para jugar o hasta reuniones para hacer tarea. Todas son potenciales situaciones de exposición a alérgenos. Según se tiene científicamente comprobado, se generan "microclimas" que son más peligrosos porque algunos alergenos se concentran cinco veces más en ambientes interiores en comparación con los exteriores. Tanto en hogares como en los colegios o en guarderías y jardines de infantes los alergenos pueden encontrarse en distintos objetos. Por ejemplo, en alfombras, colchones, sábanas, almohadas, cortinas, peluches y ropa húmeda. Como consecuencia de ello, el mes inicial del otoño ya trae consigo las alergias más reconocibles en la primera estación de frío del año. Una de ellas es la rinitis alérgica, una clásica reacción de las membranas de la mucosa de la nariz después de una exposición a los determinados alergenos que circulan en el aire, como ser el polvo. También la genera el polen, pero en este caso se asocia más con la primavera. También está el asma alérgica, otra de las relacionadas con la presencia de alergenos como ácaros, polen, epitelios de animales, hongos, o alimentos. Esta es la clase de asma más frecuente. El tratamiento indicado para mejorar el estado alérgico es con corticoides inhalados y antihistamínicos indicados por un especialista que permitirá mantener la vía aérea limpia. Luego del diagnóstico inicial, un alergista puede recomendar medicamentos preventivos específicos que disminuyen la reacción a los alergenos y mejoran la calidad de vida. Una práctica saludable es airear los almohadones y la ropa blanca para evitar ácaros y demás alérgenos presentes en el ambiente. Mantener la vivienda ventilada y no hacer un uso excesivo de la calefacción; cambiar los filtros del aire acondicionado, con el objetivo de evitar bombear aire con polen o ácaros; evitar los peluches en las camas de los niños, y lavar con frecuencia las sábanas, así como limpiar el polvo con regularidad de los dormitorios. Si los síntomas alérgicos son profusos o aparecen reacciones poco habituales en el cuerpo, hay que consultar de inmediato a un médico. www.info-almagro.com.ar (3574) - Publicado el Lunes 17 de abril |