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Aniversario de la muerte de Homero Manzi
El próximo miércoles se cumplen 72 años del fallecimiento del poeta, escritor y guionista, Homero Manzi, autor de las letras de varios tangos como "Sur", "Barrio de tango", "Malena" y "Romance de barrio", entre otros. Falleció el 3 de mayo de 1951.
Había nacido en Añatuya, Santiago del Estero, el 1° de noviembre de 1907 y en su corta vida (43 años), también fue dirigente político, uno de los fundadores de FORJA ( Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina) y del Movimiento Radical Revolucionario; periodista y director de cine.
Quienes lo conocieron, decían que fue un hombre sensible y apasionado. Era habitué del bar Canadian (en San Juan y Boedo (donde hoy se encuentra el bar y tanguería que lleva su nombre) y allí escribió varias de las letras de sus tangos, muchos de los que musicalizó Aníbal Troilo.
Manzi se destacó por describir de una manera exquisita lugares del barrio, recuerdos, amores y quienes escuchan esos tangos, pueden vislumbrar perfectamente lo que dicen, porque Manzi creaba una imagen dibujada con palabras.
Estuvo preso por razones políticas y al salir de la cárcel, se casó, el 31 de diciembre de 1931, con Casilda Iñiguez, su novia de Añatuya, a la cual le escribía, como podía, desde la cárcel. Sin medios con los cuales sostenerse comenzó a editar una “guía para el automóvil”, que le permitió sobrevivir, pero no dejó de estar atento a la vida política.
Vivía en una casa en Garay 3251, que según algunos historiadores era además de su hogar, una especie de comité desde donde se conspiraba. En esos tiempos, el 6 de marzo de 1933 nació su hijo, que fue bautizado Momero Luis Manzione.
En julio de 1933, Yrigoyen falleció, y con él, muchas de las esperanzas. Poco tiempo después, en las mesas de La Fusta, en Palermo quedó fundado el grupo Forja. La labor del grupo fue muy ardua; sin recursos económicos, ni medios donde expresarse. Con el grupo colaboró Raúl Scalabrini Ortiz, aportando sus estudios para esclarecer la realidad nacional, aunque sin integrarse formalmente a FORJA, pues no era afiliado radical.
Después del 17 de octubre de 1945, se disolvió Forja, porque sus miembros entendían que muchos de los objetivos por los que venían luchando ya se estaban concretando. Muchos de sus miembros se volcaron al peronismo, pero Manzi permaneció radical e incluso colaboró, en la campaña electoral para las elecciones de 1946, con los radicales de la provincia de buenos Aires. Tenía muy arraigado el irigoyenismo, aunque no se mostró opositor a Perón y compartía íntimamente los logros peronistas y en 1947, a pesar de su orígen radical, se acercó al peronismo.
Manzi fue hincha fanático del Club Atlético Huracán, fue dos veces presidente de Sadaic.
En 1950 estaba gravemente enfermo de cáncer, estuvo varias veces internado en el Instituto del Diagnóstico, pero siguió escribiendo y colaborando con Troilo. Antes de su fallecimiento compuso dos payadas, por pedido de Hugo del Carril, "Payada para Perón" y "Payada para Evita".
Ya estando muy grave, un día de abril de 1951, llegó a su casa, se miró en el espejo y murmuró: “Pensar que te vas a morir, gordo”. Después acomodó una hoja de papel sobre la mesa escribió este último poema:
Definiciones para esperar mi muerte
Puedo cerrar los ojos
Lejos de las pequeñas sonrisas que conozco.
Escuchando estos ruidos recién llegados.
Viendo estas caras nuevas.
Como si de pronto los mil lentes de la locura
Me trasladaran a un planeta ignorado.
Estoy lleno de voces y de colores
Que juraron acompañarme hasta la muerte.
Como amantes resignadas
Al breve paso de mi eternidad.
Sé que hay recuerdos que querrán abandonarme
Sólo cuando mi cuerpo hinche un hormiguero sobre la tierra.
Sé que hay lágrimas largamente preparadas para mi ausencia.
Sé que mi nombre sonará en oídos queridos
Con la perfección de una imagen.
Y también sé que a veces dejará de ser un nombre
Y será sólo un par de palabras sin sentido.
Estoy lleno de voces y de colores. Unas veces
Recogidos en el sonambulismo de la marcha.
Otras, inventadas tras mi propia soledad.
Con ello se integra un cortejo final de despedida.
Se cambiarán en lágrimas y palabras piadosas.
Pero hoy, en medio de lo que todavía no he podido amar,
Evoco a los marinos encerrados en las paredes altas de la tormenta;
A los soldados caídos sobre hierbas lejanas;
A los peregrinos que duermen bajo la sombra de árboles innominados;
A los niños que yacen contemplando el yeso de los hospitales
Y a los desesperados, que entregan el último gesto
Frente al paisaje final e instantáneo de la demencia.
Homero Manzi falleció el 3 de mayo de 1951, en Buenos Aires y sus restos descansan en el Panteón de SADAIC, en el Cementerio de Chacarita.
www.info-almagro.com.ar (4682) - Publicado el lunes 1° de mayo