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La importancia de la vitamina D

La vitamina D es fundamental para la regulación de muchos procesos del organismo; ayuda a la absorción de calcio y al sistema inmunológico, beneficiando la salud de los huesos.

Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH por su sigla en inglés) de los EEUU, “la vitamina D es un nutriente necesario para la salud, que ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes”.

Vitamina D“Junto con el calcio, la vitamina D contribuye a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más delgados y débiles y sean más propensos a fracturas”, precisaron desde el organismo, al tiempo que destacaron que “además, al cuerpo le hace falta la vitamina D para otras funciones: los músculos la necesitan para el movimiento y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo”.

Asimismo, “la vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan”.

Niveles muy bajos de vitamina D durante largos periodos de tiempo “pueden conducir a una pérdida de densidad ósea, lo que puede llevar a sufrir osteoporosis y fracturas.

El estudio Metabolismo, fuentes endógenas y exógenas de vitamina D concluyó que “la acción principal de la vitamina D consiste en aumentar la absorción intestinal de calcio y fósforo. En el intestino estimula el reclutamiento de los canales de calcio presintetizados”.

Una vez en el hueso, la vitamina D estimula directamente la diferenciación de osteoblastos (células que producen hueso) y la producción de proteínas de unión al calcio óseo, como la osteocalcina y la osteopontina.

“Los depósitos adecuados de la vitamina mantienen el metabolismo calcio-fósforo dentro de la normalidad”, aseguran los investigadores.

Como se vio, la fuente natural principal de esta vitamina es la síntesis cutánea, inducida por la radiación solar. Pero ocurre que en determinadas situaciones la síntesis cutánea no es del todo eficaz, y esto es debido en parte a que “los alimentos naturales contienen escasa cantidad de vitamina D, lo cual hace que gran parte de la población esté en riesgo de presentar déficit/insuficiencia de este micronutriente”, destacó el mismo estudio. Por ello, recomiendan la ingesta de alimentos funcionales y de suplementos farmacológicos de la vitamina.

Los alimentos que tienen mayor concentración de vitamina D son: el pescado graso, como el salmón, caballa y sardinas, también la carne roja y el hígado. Ricota, yema de huevo (puede ser la más potente), hongos (la mayoría de las setas que se venden en los supermercados se cultivan en cuevas oscuras y contienen poca o ninguna vitamina D. Sin embargo, según varios estudios, si se colocan los champiñones blancos al sol del mediodía por tan solo 15 a 20 minutos, formarán suficiente vitamina D para brindar la cantidad diaria recomendada. Algunas tiendas de comestibles también venden hongos que ya fueron tratados con luz ultravioleta para aumentar sus niveles de vitamina D.

Leche, la mayoría de la leche está fortificada con vitamina D. Incluso las llamadas leches vegetales, como las de soja, almendras, arroz y coco a menudo están fortificadas con vitamina D. Para asegurarse de estar incorporando este plus en este tipo de alimentos, siempre conviene leer la etiqueta nutricional.

Cereales fortificados. La mayoría de los cereales están fortificados con vitamina D. La FDA aprobó recientemente aumentos en los niveles de fortificación de vitamina D en los cereales y las barras de refrigerios a base de granos.

Palta. La vitamina D no está demasiado presente en las frutas; la más rica en este nutriente es la palta, que aporta un total de 4,5 microgramos por cada 100 gramos. Además, posee altos porcentajes de vitamina C, E, K y B9, minerales como potasio, magnesio y fósforo, y sumado a esto también funciona como antioxidante y permite disminuir el colesterol gracias a sus grasas monoinsaturadas.

Es importante recordar que la deficiencia de vitamina D, muchas veces no presenta síntomas pero puede provocar debilidad en huesos y músculos y la deficiencia severa de la vitamina puede conducir a otras enfermedades.

Debido a que la carencia de vitamina D no produce síntomas hasta que el déficit es muy severo, la única manera de conocer los valores de este nutriente y saber si se necesita suplementar es a través de un análisis de laboratorio.

Aunque hay algunos factores que pueden dar señales sobre si alguien podría tener deficiencia de vitamina D y necesitar un suplemento.

Si alguien no se expone mucho al sol. Quienes viven en climas más fríos corren un riesgo especial de tener niveles insuficientes de vitamina D durante los meses de invierno.

Los mayores de 50 años. A medida que se envejece, se pierde parte de la capacidad de sintetizar la vitamina D que se recibe del sol y de los alimentos.

Exceso de peso. Ciertos estudios han sugerido que existe un vínculo entre la obesidad y el exceso de grasa corporal (especialmente alrededor de la cintura) y los niveles bajos de vitamina D.

Personas de piel de color oscuro. El exceso de melanina, el pigmento protector que le da color a la piel, interfiere con la capacidad de sintetizar vitamina D a partir de la exposición al sol.

Enfermedades intestinales. Los trastornos que afectan el sistema gastrointestinal, como la enfermedad de Crohn y la celiaquía, no permiten que el intestino absorba suficiente vitamina D.


www.info-almagro.com.ar (5441) - Publicado el: Domingo 12/05/24